Mostrando las entradas con la etiqueta Chatterton Thomas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Chatterton Thomas. Mostrar todas las entradas

Thomas Chatterton - Elegía



Apesadumbrado busco la umbría solitaria
   donde la lóbrega Contemplación vela la escena;
el oscuro retiro, rodeado de ramas sin hojas,
   donde la mórbida Tristeza humedece la hierba;

las tenebrosas ruinas de la abadía sagrada,
   pisada antaño por los hijos de la Superstición,
donde ahora unos suelos musgosos delatan
   que conocemos más, pero adoramos menos, a Dios.

Allí, mientras afligido recorro una sombría nave,
   a través de una amplia ventana ahora despojada
de sus misteriosas tracerías el lejano bosque
   y las oscuras aguas del Avon cautivan mi mirada.

Mas pronto el velo del anochecer se despliega
   y el azul asume poco a poco un tinte azabache;
las fascinantes vistas comienzan a desvanecerse
   y la Naturaleza parece llorar su lento disiparse.

El Miedo repta en silencio por la penumbra,
   se sobresalta con cualquier hoja que cruje,
mira a todos lados y, aterrado al ver las tumbas,
   preso de todas las agonías del Infierno huye.

Los arroyos fluyen entre lastimeros murmullos;
   y, con un incesante chillido, el ave de mal agüero
arrulla la mente al sueño de la contemplación
   y despierta el alma a melancólicos pensamientos.

Una sombría quietud se adueña de todo el lugar;
   tras las nubes, un brillo mortecino la luna emite;
pesaroso busco el valle y la colina en tinieblas;
   por donde quiera que vague, la tristeza me sigue.


Traducción de E. Ehrendost.